Por María Roca Salazar[1]
Los orígenes de la neuropsicología se remontan al siglo XIX con las investigaciones de Broca, quien observó post mortem los cerebros de pacientes afásicos. Después, continuaron Wernicke y Lichtheim, quienes propusieron el primer modelo de clasificación de las afasias (trastorno del lenguaje producto de una lesión cerebral). Posteriormente, los estudios se centraron en los defectos perceptuales como consecuencias del daño cerebral (agnosias). Ya a principios del siglo XX, el interés se centró en investigar la incapacidad para realizar determinados movimientos a la orden verbal sin que haya parálisis de alguna extremidad (apraxia). En este periodo de las correlaciones clínico-anatómicas, es en el que surgen dos formas de entender la organización cerebral de las funciones cognitivas: el enfoque holista, que asociaba las funciones cognitivas a regiones cerebrales más amplias y suponía una organización cerebral de las mismas mucho más dinámica, y el localizacionista, que pretendía ubicar
las funciones mentales en centros específicos del cerebro. A continuación, muestro un esquema que resume los representantes de cada periodo y sus principales aportes.
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