Por Anell Melissa Balabarca Albino[1]
La lengua originaria murui-muinanɨ
pertenece a la familia lingüística huitoto. Según Jiménez (2013), durante el Seminario de Lingüística Aborigen, Patiño
Roselli presentó la lengua conformada por los
dialectos bue, mɨka, mɨnɨka
y nɨpode. Los
hablantes de esa lengua habitan en la Amazonía, entre los países de Perú, Colombia
y Brasil. En Perú, según datos proporcionados por el Ministerio de Cultura, habitan
las zonas de los ríos Putumayo, Napo y Amazonas en el departamento de Loreto y
son 5422 habitantes aproximadamente.
La
tradición oral de esta comunidad fue por mucho tiempo el único medio de
transmisión cultural intergeneracional. Para García (2016), esta se da en el
desarrollo de algunas reuniones sociales, que incluyen clases de discurso como
los hechizos de protección, encantamientos, el canto y la oratoria; para esta
cultura, en específico, en la producción de cerveza de coca, tabaco y yuca.
Las tradiciones
orales de los murui-muinanɨ se presentan con
diferentes formas expresivas, entre ellas:
a) Los cantos
Existen de varios tipos
y se acompañan de un baile. En la cultura murui-muinanɨ, estos representan el
cambio de estado de los participantes; así, existen bailes de duelo, de
nacimiento, asignación de nombres rituales, etc. (García, 2016). Para
Urbina-Rangel (como se citó en García, 2016), cuatro son las más importantes
por haber sido heredadas del Moo Buinaima (padre creador): Yadiko, Menizaɨ, Zɨkɨi
y Yuakɨ.
Los términos utilizados
en los cantos de la comunidad son diversos. En la investigación realizada por
García (2016) sobre los bailes huitotos, se mencionan términos como rote para referirse, globalmente, a la
acción de cantar; sin embargo, bajo este concepto se emplean otros términos
según las funciones que le corresponden. Así, se emplea el término aiaɨde
cuando se trata de un «canto antifonal cantado por una mujer durante un baile
ritual» (p. 44); se denomina jɨɨde o dɨuena al canto realizado durante la curación de un chamán; el
canto para la preparación de un baile, donde una persona es la encargada de
enseñar a otros, se refiere como zomade;
finalmente, a los cantos interpretados por los jefes de los «bailes de
prestigio», se les llama buñua.
b) Lletarafue
El término es traducido
como “consejo”, corresponde a un género de discurso que se expone en el “patio
de la coca” durante la noche. Solo pueden participar hombres de la comunidad, dentro
de la maloca, y tiene como finalidad aconsejar a los jóvenes el respeto de los
valores y conocimientos de su pueblo. Resulta ser una forma de discurso que
demuestra un elemento de la pedagogía indígena (Gasché, 2009). Según García
(2016), estos consejos buscan resolver desordenes morales o sociales, tales
como «la rabia, la envidia, el aburrimiento, los celos y la locura» (p. 54).
c) Eeikɨ
García (2016) lo
describe como una adivinanza cantada. Expone que este canto se contextualiza en
una fiesta, donde los comuneros llaman a rafue
naanɨ (dueño de la fiesta) y sus allegados a integrarse a su grupo y a
adivinar a qué aluden lo que cantan. Los hombres más jóvenes son los que tratan
primero en encontrar la solución, si no lo pueden hacer, los comuneros siguen
repitiendo el canto y además añaden nuevas palabras a manera de pistas. Lo que
se espera es que el rafue naanɨ tenga
el conocimiento suficiente como para resolver la adivinanza, de esa forma se
comprueba que es un verdadero sabio. Si un
rafue naanɨ no puede resolver
estas adivinanzas, puede morir antes de concluir el baile. Esto demuestra «el
carácter antagónico de este y de los demás grupos de baile» (p. 48). Respecto a
esta tradición, Gasché (2012) afirma que presenta una tendencia al abandono de
la función competitiva debido al fallecimiento de los sabedores rituales, los
ancianos, y la falta de transmisión de sus conocimientos discursivos a las
generaciones más jóvenes.
d) Eeikɨ bɨtarakɨ
Probablemente se trata
de una variante del género ya mencionado, según Gasché (2012) es una práctica
que corresponde solo a las comunidades de la variedad mɨka. Se realiza en la
fiesta uuikɨ, los invitados vienen a
preguntar por el origen (jenikɨ) y la
creación (komuillano) de cada fruto
que entregan al dueño de la fiesta, quien deber responder la pregunta contando
la historia del origen y creación de los frutos.
La
oralidad y sus diversas formas de expresión resultan importantes no solo para
las culturas indígenas sino para la sociedad nacional en general, ya que a
través de ellas se ha mantenido un cúmulo de conocimientos y costumbres, que
cumplen además un proceso de aprendizaje intergeneracional.
Referencias
bibliográficas
García, O.
(2016). Danzando fakariya: los bailes uitotos como modelo de organización
social en la Amazonía. Bulletin de l’Institut
Français d’Études Andines, 45 (1). 39-62.
Gasché, J. (2009). De
lo oral a lo escrito. Buenos Aires: CONYCET.
Gasché,
J. (2012). Cuatro cantos-adivinanzas
Huitoto. Sociedad Bosquesina. Recuperado de http://www.sociedadbosquesina.pe/musica/cuatrocantos-adivinanzashuitoto.
Jiménez, M.
(2013). Exploración fonética,
acústico-articulatoria, de las vocales del uitoto, dialecto nɨpode (Tesis
de licenciatura). Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, Colombia.
[1] Estudiante de 10º ciclo de Lingüística de la Universidad Nacional
Mayor de San Marcos. Expositora en la Expolingüística 2016, organizado por la
E. A. P. de Lingüística (UNMSM). Entre sus temas de interés de investigación se
encuentran la sociolingüística, políticas lingüísticas y planificación
lingüística.
No hay comentarios:
Publicar un comentario